El primero asía al perro y los otros dos formaban una cadena humana, sujetándose a los hombros de su predecesor como si formaran parte de un trenecito de bodas. Un trenecito de ciegos en el que cada uno de ellos ejercía de guía para su seguidor y el perro era el conductor; el Gos del Barri.

4 comentarios:
Le venden a un ciego un perro ciego. Un perro que no funciona.
es cosa de la crisis, no hay perros para todos
¡Conga!
jajajjaa, s'ha d'estalviar!!!
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